“El uso de la lengua materna no solo es una forma de comunicarse, también, es el lenguaje del amor, la fuerza y resiliencia de nuestros pueblos. La voz de generaciones que hasta hoy viven no sólo en el recuerdo de sus seres amados, también, en la fuerza de la identidad que invoca hablar la lengua de nuestras madres, padres, abuelos, abuelas”.